jueves, 27 de abril de 2017

El carruaje, el caballo, el cochero y el amo: una Alegoría sobre como somos

La primera vez que me encontré con la Alegoría del carruaje,  fue leyendo a Jorge Bucay.
Ya,  hace poco di con una versión anterior de esta alegoría  de la mano de de Maurice Nicoll, pero ya tan solo unos días, volví a encontrarme con ella, de la mano de Ouspensky y  la verdad que junto con la versión de Jorge Bucay son la más  sencillas de entender.



Comparto con vosotros el Texto de Ouspensky

[...] comparación oriental del hombre con un carruaje, un caballo, un cochero y un amo, y volviendo al esquema, añadió:
—El hombre es una organización compleja. Está  formado de cuatro partes que pueden estar conectadas, no conectadas, o mal conectadas. El  carruaje está conectado al caballo por las varas, el caballo al cochero por las riendas, y el cochero a su amo por -la voz de su amo. Pero el cochero debe oír y comprender la voz del amo, debe saber cómo  conducir; y el caballo debe estar adiestrado a obedecer a las riendas. En cuanto a la relación del caballo con el carruaje, debe estar correctamente enganchado. De esta manera, entre las cuatro partes de esta compleja organización existen tres relaciones, tres conexiones . Si una sola de ellas presenta algún defecto, el conjunto no  puede funcionar como  un todo. Las conexiones entonces no son menos importantes que »los cuerpos». Al trabajar sobre sí mismo, el hombre trabaja simultáneamente sobre los «cuerpos» y  sobre las «conexiones». Pero se trata de dos clases de trabajo. "El trabajo sobre sí debe comenzar por el cochero. El cochero es el intelecto. A fin de poder oír la voz del amo, ante todo el cochero no debe  estar dormido —  se debe despertar. Luego, puede suceder que el amo hable un lenguaje que  el cochero no comprenda. El cochero debe aprender este lenguaje. Cuando lo sepa, comprenderá a su amo. Pero esto no basta, debe también aprender a conducir el caballo, a engancharlo, a alimentarlo, a cuidarlo, y a mantener bien el carruaje — porque no serviría de nada  el que comprenda a su amo, si no está en condiciones de hacer algo. El amo  da la orden de partida. Pero el cochero es incapaz de marchar porque no ha alimentado al caballo, no  lo ha enganchado, y no sabe dónde están las riendas. El caballo representa las emociones.  El carruaje es el cuerpo. El intelecto debe aprender a gobernar las emociones. Las emociones siempre arrastran al cuerpo. Este es el orden en que se debe llevar el trabajo sobre sí. Pero fíjense bien: el trabajo sobre los «cuerpos», es decir sobre el cochero, el caballo  y el carruaje, es una cosa. Y el trabajo sobre las «conexiones», es decir, sobre la «comprensión del cochero» que lo une a su amo, sobre las «riendas» que lo conectan al caballo, sobre  las «varas» y los «arneses» que conectan el carruaje con el caballo — es algo totalmente diferente. "Sucede a veces que los cuerpos están en excelente estado, pero que las «conexiones» no se establecen. Entonces, ¿de qué sirve toda la organización? Como  sucede con los cuerpos no desarrollados, la organización total es entonces inevitablemente gobernada  desde abajo.  En otras palabras: no por la voluntad del amo, sino por accidente. [...]
Cap V del libro: Fragmentos de una enseñanza desconocida. Ouspensky -- Pag 75 en mi versión en Pdf.

Ya hace unos años, con la lectura de “Viaje al Oeste” escribí un post sobre la necesidad de un crecimiento armónico de todas esas partes que hay en nosotros,  con hipótesis de cómo sería uno siendo exclusivamente controlado por una de estas partes estando las otras dos totalmente subyugadas al primero. Pero uno va creciendo, va (espero) evolucionando, alcanzando  otros conocimientos que o bien corroboran los que ya tenía o bien echan parcialmente o totalmente abajo los anteriores,  de momento, en este caso… más parece que se van complementando como piezas de un puzzle.  Y al igual que comenta Ouspensky, aquí  hay que ver cómo una se relaciona con la otra, no puede ser de cualquier manera.

 Léo y pareciera dar a entender que las partes que están al servicio de  la cuarta, muchos lo pueden traducir por subyugadas, sometidas a condiciones de esclavismo. sobre todo al cuerpo físico, a las emociones, el sentimiento. Esto al menos ha sido así mientras que el cuerpo mental ha gobernado, pero para mi, es mas una comunicación equilibrada entre todas las partes que nos forma. tiene que haber un cuidado mutuo entre todas las partes, El amo tiene que pagar un salario justo a su cochero, ser amable, tratarlo con dignidad, el cochero a su vez tiene que cuidar del carruaje, limpiarlo, ajustar las piezas, alimentar , limpiar y dar un cobijo adecuado al caballo, y finalmente el caballo, si se siente cuidado, querido, dará lo mejor de si para llevar al amo a donde lo solicite.


        Mitakuye Oy Asin

                       Eugenio Criado.


3 comentarios:

FUNDASER MANIZALES dijo...

Gran aporte. Seguir las enseñanzas del Señor Gurdjieff y por supuesto, de su discípulo, Ouspensky, es muy útil para quienes estamos en este proceso de despertar y de evolucionar concientemente. Mil gracias.

Eugenio Criado dijo...

Al parecer, he encontrado el origen de esta alegoria, se remonta al mismisimo Platon con su Mito del carro alado, claro esta que con los siglos ha ido ganando en detalles, se ha modificado pero guarda su mensaje inicial, os dejo el enlace para mas información: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Platon/MitodelCarroAlado.htm

Eugenio Criado dijo...

Seguimos tirando hacia atrás, nuevas evidencias de que dicha alegoría del carro es anterior a Platon.

Lo traigo de un foro privado, con permiso de quien lo compartio., Grcias Paco.
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En el Katha Upanishad, un escrito de la India, del siglo 3 A.C. aproximadamente, dice:

"Conoce al Ser que se sienta en el carro: su cuerpo es el carro, el intelecto es el conductor, la mente son las riendas, los sentidos son los caballos y los objetos son los caminos que toman esos caballos. Cuando el Ser Supremo está en perfecta unión con el cuerpo, los sentidos y la mente, entonces el estado es de dicha suprema.
El que reconoce al Ser como el Alma viviente, como el Señor del pasado y del futuro, deja de sufrir.
El que comprende y mantiene la mente firme, domina sus sentidos, cuidadoso y siempre puro, alcanza ese lugar donde no hay muerte."

Los Upanishads son revelaciones que tuvieron algunos yoguis y sabios, se supone que en meditación y otros estados alterados de conciencia. Están considerados parte de la literatura espiritual de la India, junto con los vedas, más antiguos, y otros escritos más recientes.

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