“El dios del Antiguo Testamento está descrito de tal forma que parece que estuviera audicionando para el rol de Satanás. Es difícil imaginarse una entidad más malévola sin ayuda de un par de cuernos postizos y un tridente. Observemos su trayectoria: sale del desierto hace unos miles de años, matando e repartiendo golpes con abandono justiciero; da a luz a tres religiones que se aborrecen unas a otras; nos provee de escrituras sagradas que nos ponen a unos contra otros como a perros peleándose por despojos, dividiéndonos entre "nosotros" y "ellos", entre creyentes e infieles, y asegurándose así de que cada uno de nosotros nacerá con millones de enemigos instantáneos. Gracias a este monstruo, vivimos en un mundo dividido contra sí mismo, donde cada uno de nosotros es un infiel para alguien, incluyéndote a ti, no importa lo que creas, e incluso aunque no creas en nada; puedes tener la garantía de que alguien en alguna parte te odia a muerte por ello.”Mitakuye Oy Asin
Erlik Khan