[...] "No se trata de un machismo inherente al musulmán", aclara Bernabé López, catedrático de Historia del Islam Contemporáneo en la Universidad Autónoma de Madrid. "Es un problema larvado de una sociedad patriarcal y rural. El islam que está viniendo a España es el de periferias urbanas, no ilustrado. Añaden a sus creencias una barbaridad que se debe combatir pese a que el factor religioso dificulta abordar el asunto", precisa. [...]El imam en España: asalariado y sin formación
La estrategia de la Administración para influir en el colectivo musulmán confiere un papel clave a la figura del imán. "Es el contacto para saber qué ocurre en cada mezquita. El problema es que no tiene ningún cauce de formación", dice José María Contreras, director general de la Oficina Asuntos Religiosos. En los países musulmanes, el Estado controla la selección y actuación de los imames, clérigos con más de 10 años de estudios religiosos. En España puede serlo cualquiera. Un intelectual o un inmigrante que busque en la religión una salida económica.
Salvo en la decena de grandes mezquitas sufragadas con capital extranjero (Arabia Saudí, Siria o Emiratos Árabes), la mayoría de oraciones diarias en los 740 centros de rezo registrados las dirigen imanes marroquíes. Su formación suele ir ligada a las comunidades que les contratan. La elección depende de afinidades como la espiritualidad, lugar de origen y, sobre todo, la capacidad adquisitiva de cada comunidad. El imam es un asalariado que puede cobrar entre 600 y 1.200 euros mensuales. Si el colectivo lo integran inmigrantes rurales, pobres y con escaso nivel formativo, la formación del imam tenderá a moverse en esos parámetros.
El Gobierno no dispone de un perfil de los guías de la oración musulmana. La experiencia de Hesham El Sadr, promotor de la Asociación Cultural Islámica Attawwhid, ofrece uno oficioso. "Suelen ser personas llegadas en patera y sin medios que aceptarían cualquier empleo. Tienen un ligero conocimiento del Corán y ofrecen sus servicios", retrata. El imán de Cunit imputado por acosar a una mujer musulmana de la localidad solía trabajar en la construcción y se le encomendó la dirección del rezo porque sabe algo más de Corán que el resto, señalan miembros del colectivo. "Tras casi dos décadas viviendo en Cataluña no he encontrado ningún imán digno del cargo", lamenta El Sadr.
La relevancia que la Administración otorga al imán contrasta con la carencia de conocimientos. "Muchos ni hablan español, ni saben qué leyes deben respetar", advierte Hadar Saabi, ponente de varios congresos de feminismo islámico. Tal precariedad torpedea cualquier estrategia de integración.
Sociedad - 03/03/2010 9:49 - Autor: Ferran Balsells - Fuente: El País
Erlik Khan
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