miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Posada


Alguien pasea por las calles de su ciudad. Todo le parece familiar aquí, y una sensación de seguridad lo acompaña, y también de leve tristeza. Porque muchas cosas mantuvieron su secreto ante él, y una y otra vez se encontró con puertas cerradas. A veces hubiera querido dejarlo todo y marcharse, lejos de aquí. Pero algo le sujetaba , como si estuviera luchando contra un desconocido y no pudiera separarse de él antes de conseguir su bendición. y así se siente prisionero de ir hacia adelante e ir hacia atras, entre marcharse y permanecer.
El Hombre llega a un parque y se sienta en un banco. Se apoya contra el respaldo, respira profundamente y cierra los ojos. Deja estar la larga lucha, se fía de su fuerza interior, siente que se va calmando y entregando, como una caña al aire, en harmonia con la variedad, el vasto espacio, el largo tiempo.
Se ve a si mismo como una casa abierta. Quien quiera entrar, puede venir; y todo el que llega, trae algo, se queda un rato y luego se va. De esta manera, en esta casa hay un continuo venir, traer, permanecer y partir.
El que llega nuevo y trae algo nuevo, envejece mientras permanece, y finalmente vendrá el tiempo de su partida. También llegan muchos desconocidos a su casa, que durante mucho tiempo estaban olvidados o excluidos, y también ellos traen algo, se quedan un rato y luego se van. Y también llegan los gamberros, a quienes preferiría prohibirles la entrada, y también ellos aportan algo, encuentran su lugar, se quedan un rato y vuelven a partir. Quienquiera que venga, siempre encuentran a otros que llegaron antes que él o que vienen después de él. Y como son muchos, cada uno tiene que compartir. Todo el que tiene su lugar, también tiene su limite. Todo el que quiera algo también tiene que acomodarse. Todo el que haya venido, puede desarrollarse mientras permanezca. El llegó porque otros se fueron, y se ira cuando otros vengan. Así, en esta casa, hay tiempo y espacio suficiente para todos.
Estando así sentado, se siente a gusto en su casa, sabiéndose unido a todos los que vinieron y vienen, aportaron y aportan, permanecieron y permanecen, partieron y parten. Aquello que antes estaba inacabado, ahora le parece completo; percibe que una lucha termina y que hace posible la despedida. Aún espera el momento justo. Después, abre los ojos, echa una ultima mirada a su alrededor, se levanta y se va.

Bert Hellinger

extraido del Libro "Felicidad Dual" Bert Hellinger y su psicoterapia sistemica.
pag 110
escrito por Gunthard Weber
editorial Herder


Mitakuye Oy Asin
Erlik Khan

4 comentarios:

(z) Victoria dijo...

Hola Erlik! Precioso texto y es que la aceptación de lo que es obra milagros.
Un abrazo!

Sankara dijo...

Un post muy interesante amigo Erlik Khan.

Los seguidores de Constelaciones familiares conocen bien a Bert Hellinger quien ha sido uno de los grandes divulgadores aunque hoy esté ya en un estado de enseñanza , yo diría más evolucionado, que él llama “Movimientos de la mente del Espíritu”.

En este escrito que nos presentas se ve perfectamente su elocuencia y su enseñanza.

Gracias por traerlo aquí.

Namasté.

Eugenio Criado dijo...

Hola Z, Sakarandas disculpar de no haber dicho nada pero he estado unos dias perdido por Paris ;o)
Me alegro que os haya gustado el texto, me parecio muy interesante, me gusto el hechode tener las puertas abiertas a todo, que aunque a veces nos incomode, siempre dejan algo.

Mitakuye Oy Asin.

Erlik Khan.

Carmen dijo...

Hola, un abrazo
Me gustó mucho el post, ahora entiendo cuando un amigo me dijo que: "tenía una cocina pública" Espero que en breve pueda abrir de par en par el resto de la casa.
Un beso

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